El Notario es un funcionario público que cobra por sus servicios directamente a quién se le prestan y en base a unos arancelas aprobados por Real Decreto 1.426/1989, de 17 de noviembre, que deberán permitir la cobertura de los gastos de funcionamiento y conservación de las oficinas en que se realicen las actividades o servicios de los funcionarios, incluida su retribución profesional.